domingo, 16 de febrero de 2014

Carlos Vílchez: "Mi mamá preparaba tallarines y eso comíamos cuatro días"


Carlos Vílchez: "Mi mamá preparaba tallarines y eso comíamos cuatro días"

El integrante de “El Especial del Humor” nos contó su vida, la superación de la pobreza y la vida al lado de su familia.

 Hacer reír a los demás es doble mérito cuando se viene de una vida muy dura. Pero no traspasar la línea de lo legal, es mayor aún cuando se ha vivido en un barrio donde la ley de la selva impera en cada paso, cada puerta y las 24 horas del día. El personaje que hoy presentamos tiene barrio, carisma y sangre con las chicas. De chibolo aprendió a ‘juguetear’ con el hambre y eso le permite, ya de adulto, vivir bien.

Carlos Vílchez, en ‘El Especial del Humor’, se divierte cuando trabaja, pero tuvo que hacerlo porque la vida no le fue placentera. Con ustedes, un ‘macho peruano’ que no solo se respeta, sino que respeta a todas las que pasaron por su vida.
Vives bien, comes en restaurantes ‘fichos’, pero de chibolo creo que la pasaste recontramal.
Mi mamita preparaba tallarín con mantequilla y eso comíamos tres o cuatro días. A mí dame ese plato y ahora no lo como, porque de tanto probarlo, ya no me gusta, ja, ja.
¿Otro ‘bocado’ de esos tiempos?
Comprábamos pan, lo abríamos, le metíamos plátano y lo acompañábamos con limonada. ¡Qué rico, hermano! Hasta ahora me preparo esa combinación, me como cinco y no me aburro.
¿Tu mamá trabajó?
En un restaurante y, si sobraba comida, nos traía en la noche. Si iba mucha clientela, nos jodíamos.
¿Otra penuria de tu viejita?
En Navidad, cuando mis amigos se iban a sus casas para cambiarse y ponerse ropa nueva, yo no tenía nada y ella me hacía entrar. Yo le preguntaba si en la noche nacía el ‘Niño Jesús’ y me respondía que no, nos hacía dormir a las 9 de la noche y la escuchaba llorar en su cama. Sufría por no poder darnos una bonita fiesta.
¿Ahora te portas como un buen hijo?
Se puede fallar en todo, pero nunca dirán que soy un mal padre y un mal hijo. Le compré su casa, nos vamos de viaje. Ella me dio todo y yo le doy todo.
Todos saben que tu papá murió y las cosas se complicaron.
Nosotros siempre fuimos muy pobres. Éramos siete hermanos y con mis padres vivíamos en un lugarcito, al que llamábamos casa, y donde todo era una sola pieza. Allí estaba la sala, el comedor y el dormitorio. Yo, hasta los 16, he dormido con una de mis hermanas.
¿Todos soñaban lo mismo?
Claro, y si alguno soñaba que comía, la cag…, ja, ja. Sabes qué análisis se merece esto.
¿Qué?
El mismo análisis que hace mi hermana. Ella ve tantas noticias de violaciones entre padres a hijos, hermanos, que siempre me dice: ‘Y nosotros compartíamos la misma cama y jamás nos miramos’. Es la crianza, definitivamente.
Ahora hablemos de tu zona, de tu ‘barrunto’.
Soy del jirón Ica, en el Centro de Lima. Si no hubiera tenido la crianza de mis padres, hoy sería ratero, drogo o ‘pastelero’.
¿Has consumido drogas?
Odio esas cosas. Cuando tomo con alguien y los veo en el baño ‘jalando’, la verdad que me retiro. Uno toma para vacilarse, reírse, estar ‘picadito’ y luego ‘afanar’ hembritas. Pero el que se droga, no está a mi ritmo.
¿Y de chibolo fuiste ‘Pájaro frutero’?
Nunca robé. El mejor ejemplo lo vi cuando mi hermana agarró un sol, esa monedaza que tenía una vicuña grabada. Mi mamá calentó una cuchara y le quemó la mano.
¿Tan brava era tu ‘viejita’?
Por ella terminé la secundaria, porque me amenazó de ‘muerte’. En el colegio era malo, matemáticas pésimo. Solo sé sumar, cuando me pagan y restar, cuando me deben. Y también estudié en ‘IDAT’ cuando ‘estalló’ la moda de la computación.
Ah, tienes tu cartón de programador.
No. Mi mamita pagó por las huev… ja, ja.
¿No le sacaste nada de provecho?
Sí, tuve un par de hembritas en el instituto. Así le saqué provecho al billete gastado…
No veo un solo tatuaje en tu cuerpo.
No los uso porque para mí se lo graban los rateros, aunque asumo que ahora ya es una moda, antes era distinto.
¿Otra enseñanza que sigues a ‘rajatabla’?
No andar sin polo por la calle. Eso es de maleantes y jamás lo haría.
Inevitablemente, contigo tenemos que mencionar a las mujeres. Primero, ¿el ‘mujeriego se hace?
Es como jugar fútbol, es un don.
¿Se mira a la chica de un amigo?
Por supuesto, pero no se toca.
¿El baile ayuda para ‘impresionar’?
Es una parte, pero el ‘floro’ manda.
¿Cuántas veces pagaste por amor?
Nunca. Es más, no te voy a decir quién fue, pero me pagaron a mí.
¿Puede haber amistad entre un hombre y una mujer?
Sí, y tengo una sola amiga.
¿O sea que nosotros tenemos el ‘bichito’ de la infidelidad?
El hombre es un animal de costumbre y se acostumbra a tener varias.
¿Llevas la cuenta de las veces que ‘sacaste los pies del plato’?
Muchísimas y, por favor, no me digas cuántas, porque tampoco me acuerdo.
Imagino que has ‘rebotado’.
Claro que sí, pero no de mala manera
¿Cómo es eso?
Alguna vez le he dicho a una chica: ‘Me gustas’ y me han respondido: ‘Carlos, te veo como amigo, no como hombre. Igual cualquier muchacha quisiera estar contigo’.
Y me abro, porque sé que me está huev… igual.
Me cuesta creer que no sepas la cantidad de ‘trampas’ que han pasado por tu vida.
No me gusta llamarlas de esa manera. Suena feo, solo digo: ‘las muchachas que estuvieron conmigo’.
¿Eres ‘botado’?
Mucha gente me dice que soy creído, que no saludo y siempre digo lo mismo: Cómo voy a dar un saludo si ellos me conocen a mí, pero yo no a ellos. Encima, me ven serio y piensan que debo estar riendo todo el tiempo.
¿Pelotero?
De pista, de recibir mentadas de madre de los micros que pasaban por el barrio. Eso no me olvido nunca.
Ante este testimonio de vida, solo me queda agradecerte.
Gracias a Trome, el diario del pueblo, que llega a todos los hogares de la patria. Me gusta mucho y soy fanático de ‘Las malcriadas’.
Dos horas al lado de este hombre que pasó tantas angustias y verlo triunfador, me lleva a recordar una cita del trovador, filósofo y pensador Facundo Cabral: ‘Haz solo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito’. Con Carlos Vílchez, esto funcionó a la perfección.
From: Trome

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