La conductora de televisión de se dio tiempo para conversar con nosotros sobre la vida y el amor.
Lo invito a que este sea un domingo al día. Intentaré ser usted y conversemos con esta chica de ojos rasgados, sonrisa libre y cuerpo escultural. Le propongo que se prepare una deliciosa limonada y escuche (lea) cada respuesta de esta mujer con gestos de adolescente. Verá que las mujeres se hacen hermosas por lo que vemos por fuera y también por dentro. Fernanda Kanno conduce dos programas en América Televisión y pocas veces, como esta, logra que ingresen en su yo interior.
¿Billetera mata galán?
No, yo trabajo.
Entonces, ¿ayudas a pagar la cuenta cuando sales?
Si no tiene, no me hago problemas y cancelo lo consumido. Soy ‘pechadora’, pero no siempre.
Ah, eres ‘paradora’.
Claro, pero que no abuse. Tampoco voy a salir con alguien que siempre quiere que gaste sola.
Tú debes comer en restaurantes ‘fichos’.
He comido menú de 3 soles en Puno. Una sopa que no sabía a nada, un pedacito de carne y un arroz malísimo. Y si me pides consejos, conozco lugares buenazos y baratos para comer rico.
¿Experta en la cocina?
Para mí, es una experiencia frustrante. He querido preparar un plato leyendo la receta y tuve que botar ollas enteras porque me salieron mal.
O sea, contigo no funciona eso que al hombre se le conquista por el estómago.
No, menos mal mi novio cocina y muy bien. Le salen riquísimas las pastas que a mí tanto me gustan. Así que me evité ese problema, ja, ja.
¿También te hace reír?
Sí, claro. Es un buen punto para interesar a una chica. Conversamos, me escucha y lo escucho. Quiero un hombre a mi lado, no un payaso.
¿Que te diga cómo vestir?
No ando escotada ni con ropa chiquita. Uso la que me sienta bien y él nunca se ha metido.
¿Y que te cumpla algunos caprichos?
A las mujeres nos gusta eso. Alguna vez le he pedido que me amarre los zapatos.
¿Caminan abrazados o de la mano?
Tomados de la mano, me parece más lindo. Con este calor es mejor así.
¿Tus piernas, aparte de tu cerebro, siguen siendo un gran atractivo para los varones?
Siempre me dicen que son bonitas, también me vacilan, está bien.
¿Las piropean mucho?
Los chicos del Twitter me bromean duro, no me hago problemas.
Se te nota de carácter fuerte, ¿has usado la violencia contra algún galán?
Una vez le metí una cachetada a un ex, porque me dijo algo que no debía y reconozco que estuve mal.
¿Siguieron la relación?
No. Era imposible después de ese incidente.
¿Perdonas una infidelidad?
No. Las traiciones no se pasan por alto.
¿Te han engañado?
Sí y he llorado.
Define a un infiel…
Un cobarde que no tiene el coraje de decir que ya no quiere a una persona.
¿Y ‘sacaste los pies del plato’?
Nunca.
¿Celosa?
Sí, tampoco llego al extremo. Creo que si pierdo confianza en mi pareja, ya no la recuperaré más. Es como la muerte, que no tiene remedio.
A propósito, ¿es cierto que las ‘trampas’ no cambian, solo descansan?
El amor hace posible que sí lo hagan. Eso siempre pasa y vale para los ‘tramposos’ también. Cuando la gente encuentra el verdadero amor, deja todo.
‘Los filósofos de la calle’ aseguran: ‘A ellas no les creas así digan la verdad’.
Qué vivos. Mi filosofía es distinta: ‘Si vas a tener una trampa y no le vas a creer nada, no sé qué haces con ella’. O sea, encima que la agarra de la ‘otra’, duda de todo. Conchudo.
Imagino que si tu novio te avisa que va a una discoteca y no te lleva, entran dudas.
Menos mal que él y yo no somos de salir mucho.
Ojo, la calle te dice que hay que ser ‘podrido’.
Yo ‘chequeo’, miro y luego pregunto. No ando revisando celulares ni pidiendo la clave del Facebook. Para estar desconfiando a cada momento, mejor no tengo pareja.
El gran ensayista español Manuel Ortega y Gasset aseguraba que ‘enamorarse es un estado de idiotez’.
Comparto totalmente. El amor nos pone tontos a todos.
También es poder soportarse.
Suena mal, yo llamo comprenderse.
Un periodista de televisión frente a cámaras también actúa. ¿Estás lista para trabajar en una serie?
Me gustaría probar siempre y cuando me den un buen papel.
Y hablando de ese tema, ¿eres melodramática con tu chico?
A veces, ja, ja. Cuando peleamos sí me enfurezco, despotrico. Soy muy apasionada.
¿Coimeas cuando manejas y te para un policía?
Cuando ocurre le digo al agente: ‘Me deja ir o me lleva a la comisaría, pero de una vez’.
Obvio que no te cruzas la luz roja.
No. Hay que respetar.
¿Bailar bien es una buena forma de conquistarte?
No, me importan otras cosas que van más allá de eso.
Pero es un buen pretexto para iniciar una charla y muchos la utilizan para afanar…
A mí no me importa, es más, ninguno de mis ex ni el actual sabe bailar.
¿Tú sí la conoces en la pista?
Tengo mi ritmo. Bailo y acompaño al ‘Grupo 5’, uno de mis favoritos. Lo he seguido al Callao y a todos lados.
Demuestras que tienes calle.
El periodismo te da la posibilidad de llegar a muchísimos lugares. Además, estoy convencida que, en este país, debes tener calle para no quedarte atrás.
¿Mencionas tus ‘palabrotas’?
Hablo demasiadas lisuras, debería controlarme un poco. Hace una hora hablamos y no he dicho ninguna porque estás grabando, ja, ja.
¿Gastas tu sueldo en zapatos, ropa?
Tengo muchos pares, pero por canje, no porque compro. También tengo muchísimas zapatillas.
¿Todos de marca?
Yo compro en Gamarra y ahora último en la calle Capón. Lo único que me importa es que me quede bien. Y si encuentro una prenda en un mercado, la adquiero.
Por tu buena onda, tienes derecho a lo que sea.
Sería bueno que pongas mi Twitter: @Tokito y me sigan los que deseen.
Después de estas confesiones, solo queda decir, muchas gracias por tanta sinceridad.
A ustedes. Qué bestia, cómo venden. Donde voy siempre encuentro un Trome. Es que dan todo lo que uno quiere saber. Ese es su gran éxito.
Ahora que terminó esta charla, le recomiendo que mire concentrado la fotografía de ella, no se detenga en sus piernas, observe profundamente sus ojos. Se lo digo con certeza, encontrará su verdadera belleza.
From: Trome